(El
siguiente escrito es una traducción del artículo publicado por el Blavatsky Study Center y cuyo texto
original en inglés lo pueden leer aquí.)
LA SOMBRA
DE LA TEOSOFÍA
[Una
mirada crítica a las afirmaciones y enseñanzas de Alice Bailey]
Por
Nicholas Weeks
(Este
artículo es una versión revisada y ampliada de un artículo que apareció en el
número de verano de 1997 de la revista teosófica “Fohat” publicada en Edmonton, Alberta, Canadá.)
“Los hombres deben aprender a amar la verdad
antes de creerla a fondo.” [1]
Este artículo está destinado principalmente para
esclarecer a aquellas personas que se encuentran atraídas por los libros de la
Nueva Era de Alice Bailey, y demostrarles que NO es válida su afirmación de que
las enseñanza de Alice Bailey provenían de la misma Hermandad Oculta que enseñó
a HP Blavatsky (quien fue la fundadora del Movimiento Teosófico Moderno).
Por lo tanto, el breve análisis que se va a hacer aquí no
es para discutir de si los escritos de Bailey son inspiradores, maravillosos o
contienen alguna verdad. Sino simplemente de si Blavatsky y Bailey tenían los
mismos mentores, como lo afirma la señora Bailey.
Ya que según ella, su guía profesaba ser el mismo Djwal Khul
quien era uno de los discípulos avanzados del Maestro Kuthumi. Y Bailey también
declaró que su maestro había sido el mismo Maestro Kuthumi que Blavatsky mencionó
en sus escritos. Pero este artículo demostrará que el denominado “tibetano” y
la jerarquía de los maestros citada en los libros de Alice Bailey, no eran ni
el verdadero Djwal Khul ni la Hermandad de los Adeptos mencionada por Blavatsky.
BAILEY
SE BASÓ EN LA PSEUDO-TEOSOFÍA DE LEADBEATER Y NO EN LA TEOSOFÍA ORIGINAL
Alice Bailey afirmó que sus enseñanzas estaban basadas y
(no se oponían de manera fundamental) con la Teosofía enseñada por Blavatsky y los
maestros de Shambala. Pero esta afirmación es falsa, ya que en realidad sus
libros están arraigados en la pseudo-teosofía iniciada por CW Leadbeater.
Por ejemplo, una de los inventos favoritos de Leadbeater
fue pretender que próximamente regresaría “el Cristo-Maitreya” a la Tierra (y
eso a pesar que tanto la Teosofía como el Budismo aseveran que todavía falta
mucho para que un nuevo Mesías reaparezca en el planeta).
Pero la señora Bailey aceptó completamente esa fantasía y
ella le colocó un inmenso valor espiritual en estar continuamente recitando “La Gran Invocación” [2] que se supone que
induciría a Cristo y a sus Maestros a abandonar sus ashrams ocultos, para entrar
en las grandes ciudades y comenzar a dictar la redención de la sociedad en la
nueva era de Acuario.
En cambio, la Teosofía de Blavatsky y sus Maestros enfatiza
en la conexión del principio crístico dentro de cada persona.
Como explicaba Blavatsky:
« La teología cristiana hace creer en el descenso
del Ego Espiritual hacia el yo inferior, mientras que la Teosofía inculca la
necesidad de esforzarse por elevarse a la vibración divina (lo que los occidentales
llama “el Cristo”). »
(La Clave de la Teosofía, p. 155)
Y el descubrimiento de nuestra naturaleza divina innata
en cada uno de nosotros, eleva a cada individuo (así como Jesús cuando
descubrió su naturaleza divina, se volvió Jesucristo), y así paulatinamente le
sucederá al resto de la humanidad.
¿A QUIÉN
ESCUCHABA ALICE BAILEY?
Personas como Alice Bailey pueden estar sinceramente
convencidas de que las voces que escuchan en su interior y las visiones que
tienen son de verdaderos Maestros. Pero por desgracia, la sinceridad no es una
protección contra la ilusión.
Y para prueba de ello, en 1884 el Maestro Kuthumi le
escribió a una mujer psíquica, advirtiéndole de la alucinación en la que podía
caer:
« Me temo que usted debe de estar actualmente
sufriendo malas experiencias en el psiquismo, debido a que usted apenas está
aprendiendo los elementos del autocontrol.
Y es por ello que usted mismo se genera las influencias
más cercanas y más fuertes (y a menudo malas) y las absorbe. Por lo que se
encuentra psíquicamente sofocada o narcotizada por esas malas influencias.
Entonces el aire se puebla de fantasmas resucitados que
le dan a usted falsas señales y revelaciones engañosas. Y así su vívida
fantasía creativa hace aparecer a maestros y seres ilusorios que dicen cosas
salidas de una parte de su mente que todavía usted desconoce.
El falso aparece como real y usted no tiene todavía un
método exacto de detección, ya que se encuentra todavía propensa a forzar sus
comunicaciones para estar de acuerdo con sus ideas preconcebidas. »
(Extracto de una carta que el maestro Kuthumi le escribió
a Laura Holloway en el verano de 1884)
Por lo tanto, los esfuerzos para discernir la realidad de
la ilusión no deben de limitarse solamente a nuestros tiempos de estudio y
meditación, sino también deben de aplicarse a nuestra vida cotidiana ordinaria.
Y si los devotos de Alice Bailey se dieran la pena comparar
de cerca las nociones principales que enseña la Teosofía real con su fe actual,
ellos podrían considerar el uso de algunos de los tres métodos que a continuación
mencionamos en este artículo.
1)
Contrastar metas y objetivos primarios
2)
Contrastar términos o temas claves
3)
Contrastar métodos de la enseñanza
Y así, con un poco de suerte, los seguidores de Bailey no
dependerán más exclusivamente de sus propias explicaciones, y si realmente aprenden
la misma Teosofía básica que enseñó Blavatsky, entonces podrían resolver
cualquier conflicto entre las enseñanzas, sin tener que depender de cada
proclamación que hizo Alice Bailey.
Pues bien, la plantilla básica de la Teosofía se
encuentra en los escritos originales de Blavatsky y sus Maestros, y las
enseñanzas claves de Bailey deben de coincidir con esta plantilla si la señora
Bailey quiere pretender provenir de las mismas fuentes que enseñaron a Blavatsky.
Veamos si es el caso:
1) CONTRASTAR
METAS Y OBJETIVOS PRIMARIOS
A) La definición
que dan Kuthumi y el tibetano sobre Dios y la Ley
Uno de sus propósitos de la verdadera Hermandad fue
expresado por el Maestro Kuthumi:
« El Dios de los teólogos es simplemente un poder
imaginario y nuestro principal objetivo es liberar a la humanidad de esta
pesadilla, para enseñar a los humanos a practicar la virtud por la virtud misma,
y caminar en la vida confiando en sí mismo en lugar de apoyarse en una muleta
teológica que por innumerables edades fue la causa directa de casi toda la
miseria humana.
...
Los mejores Adeptos han escudriñado el Universo durante
milenios y no han encontrado en ningún lugar el más mínimo rastro del Dios de
los religiosos, sino la misma Ley inmutable e inexorable por todas
partes. »
(Las Carta Mahatma, p. 53 y 142-143)
Ahora veamos la definición que da el tibetano sobre su
visión de la deidad y la ley:
« Una ley presupone un ser superior que, dotado de
propósito y ayudado por la inteligencia, está coordinando sus fuerzas de tal
manera que va madurando un plan en forma secuencial y constante. … Una ley es
únicamente el impulso espiritual, el incentivo y la manifestación de la vida de
ese Ser en el que [una persona] vive y se mueve. … [Una ley] es el agente revitalizador
y purificador que está llevando a esa persona y a todas las criaturas de Dios,
a una consumación gloriosa. »
(Un tratado sobre Magia Blanca, p. 10-11)
Vemos que este ser superior está dotado y ayudado desde
el Ser Supremo con propósito e inteligencia, y por lo tanto ninguna evolución auto-inducida
es necesaria para él, ya que este ser superior es ciertamente una ley para sí
mismo, que es precisamente lo que la Iglesia ha predicado durante cientos de
años.
Según el tibetano, la ley de Dios simplemente nos llevará
a un extremo sublime. Y para ello, todo lo que necesitamos hacer es pasar como
uno pueda “a través de nuestro interior, todo lo que recibamos de ese impulso
de vida espiritual [que es ese ser superior]”. (Ibid)
Y como lo pueden constatar, esta teología de la Nueva Era
suena muy familiar. El tibetano simplemente reemplazó al viejo y prosaico Dios religioso
con su nube de ángeles por el Logos Solar y sus devas. Y también remplazó a Jesús
y a sus alumnos por el Cristo-Maitreya y sus discípulos los Maestros de la
Jerarquía.
Vemos por lo tanto que el tibetano profesa la misma
creencia que la religión católica, nada más que con otros términos (con términos
esotéricos) pero es la misma doctrina, la cual los Maestros de Blavatsky
rechazan.
Pero,
¿Importa
realmente el problema de un Dios personal o de un Principio impersonal?
El maestro Kuthumi respondió a una consulta similar hace
mucho tiempo:
« Ustedes dicen que no importa para nada que estas
leyes sean la expresión de la voluntad de un Dios consciente e inteligente,
como ustedes piensan que es, o que constituyan los atributos inevitables de un “Dios”
ininteligente e inconsciente, como yo lo sostengo. Pero yo os digo que sí
importa y mucho. ... Las leyes inmutables no pueden surgir, ya que ellas son
eternas e increadas; impulsadas en la Eternidad y...Dios él mismo (si tal cosa
existiera) nunca podría tener el poder de detenerlas. »
(Las Carta Mahatma, p. 143 y 141)
Y el Maestro Kuthumi también escribió que:
« El ABC de todo lo que sé y la roca sobre la cual
están incrustados los secretos del universo oculto son la certeza de que no existe
un Dios personal como lo pregona la religión, sino sólo hay las pulsaciones regulares
e inconscientes de la mente infinita que son el impulso eterno y universal de
la Naturaleza. »
(Las Carta Mahatma, p. 143 y 138)
Vemos
por lo tanto que las explicaciones del Maestro Kuthumi y del tibetano (quien
supuestamente fue su discípulo) son completamente opuestas.
B) La
jerarquía divina
Los libros de Bailey pretenden informarnos sobre la
Jerarquía (y no solo de este planeta, sino también del sistema solar, de Sirius
y más allá) acerca de su constitución, su trabajo, sus objetivos, sus miembros
principales y sus proyectos.
Pero si a la Hermandad mencionada por Blavatsky se le
llamó "Oculta" fue por una muy buena razón y es porque muy poco se
puede decir sobre ella ya que mucha información está todavía reservada para los
iniciados. Y es por eso que Blavatsky proporcionó muy pocos detalles al
respecto, a diferencia de los tratados esotéricos artificiales de Bailey.
¿Por
qué?
Porque reflexionar sobre las descripciones de los seres
superiores y el lado oculto del universo será de muy poca ayuda
espiritualmente. Además, si las enseñanzas son patentemente espurias (como las
de Bailey) nuestra imaginación es estimulada y se llena de imágenes y conceptos
que nos alejan de los verdaderos Adeptos y de nuestro legítimo destino
espiritual.
C) El
uso de la oración
La visión de Bailey de que el Movimiento Teosófico gira
en torno a la humanidad invocando a un Avatar y su jerarquía externa es también
completamente opuesta a la Teosofía que enseñó Blavatsky y los Maestros.
Para comenzar, los teósofos “tratan de reemplazar la
oración infructuosa e inútil por acciones meritorias y que den buenos
resultados”. [3]
En cambio, Alice Bailey recomendó recitar lo más que se
pudiera una oración que ella elaboró y que tituló “La Gran Invocación” para suplicarles al Cristo y a sus discípulos
maestros que vinieran a salvarnos.
Como si los Maestros y los Avatares fueran indiferentes e
ignorantes de las pruebas y sufrimientos por los que pasa la humanidad y por
consiguiente para venir a ayudarnos, primero se necesitaría que millones de
humanos se los suplicaran !!!!!
(Nota del traductor: El maestro Pastor explica que los Maestros
y los Avatares están muy conscientes de los sufrimientos por los que pasan los
humanos, pero ellos no pueden intervenir libremente, sino que primero tienen
que atenerse a lo que les dicte la ley del karma y la ley de los ciclos. Y no
es rezando y suplicando que se va a poder modificar esas leyes sino a través de
nuestros propios actos.)
D) Los
Avatares
Es cierto que la pregunta de por qué y cómo descienden
los Avatares es profunda.
En las enseñanzas de Blavatsky se mencionan causas y
condiciones tales como una semilla divina para todos los Avatares, ciertos
ciclos de tiempo y el Sol Espiritual como su fuente. [4]
Y es por eso que Bhavani Shankar (quien fue un discípulo
del maestro Kuthumi) escribió que “el Principio Divino a veces responde a
alguien que se vuelve un alto Adepto enviando un Avatar”. [5]
En cuanto a la Hermandad Oculta alentando a la humanidad
a orar para atraer la ayuda de los Avatares y los Maestros. Eso es un invento
de Alice Bailey, ya que la verdadera Teosofía dice que:
“El trabajo activo es la oración.” [6]
Y aunque la súplica de las masas sufrientes por la ayuda
divina (con o sin La Gran Invocación)
es una actitud comprensible y antigua, pero esta no tiene ningún efecto sobre los
Avatares o Adeptos, como lo pretende Bailey.
Y esto debido porque la Hermandad Oculta conoce los
ciclos kármicos de la humanidad y en realidad nos está ayudando constantemente cada
vez que puede (incluso suministrando Avatares cuando el karma lo permite y no
sólo cuando nosotros lo queramos).
Pero muchas personas están ansiosas por tener una
presencia constante de piadosos hermanos mayores guiando sus vidas y a la civilización.
Y eso es justamente lo que Bailey y Leadbeater (y gran parte de los gurús de la
Nueva Era) prometen. Y de ahí la razón
por la que esos individuos han adquirido tanta popularidad. Porque les dicen a
la gente lo que esta quiere escuchar y no lo que debe de saber.
En cambio la autentica Teosofía explica que la evolución
espiritual tiene lugar debido a nuestros “propios esfuerzos auto-inducidos y
auto-desarrollados por nosotros mismos.” [7]
Y no por nuestras oraciones e invocaciones para que Cristo y su
Jerarquía gobiernen la civilización.
Por otra parte, el tibetano dice que el Cristo vendrá
sólo después de que la humanidad haya mostrado buena fe refinándose psíquica y
socialmente. Lo cual es contrario a la visión tradicional que se tiene de los Avatares,
y la cual se encuentra expresada en el Bhagavad
Gita (4, 6-8) en donde se explica que el Señor viene cuando la virtud está
casi extinguida para volverla a reavivar.
Gran parte de los escritos de Bailey giran en torno a
preparar al lector para este advenimiento, instando al estudio purificatorio y
la meditación y la proclamación de la reaparición de Cristo y sus discípulos maestros.
Según ella, esta preparación requiere de una amplia
lectura y reflexión sobre la tecnología oculta de las relaciones políticas y
sociales de este mundo, además de la iniciación, la psicología, la telepatía,
la astrología, la curación, los siete rayos, etc.
Y esta trompeta de la llegada de Cristo con su jerarquía
de maestros ha estado enunciándose durante muchas décadas. Pero cuando un Avatar
genuino desciende no es anunciado por millares de promotores que lamentan y
gritan por años de antemano su llegada.
Blavatsky escribió que acercarse a los Maestros “sólo
puede hacerse subiendo al plano espiritual donde ellos están y no tratando de
atraerlos hacia el nuestro”. [8]
Y consideren también otra cita de Blavatsky en donde ella
resalta la auto-dependencia espiritual que tienen los humanos y la naturaleza
impersonal de la divinidad avanzada:
« Cada ser humano es una encarnación de su Dios [Ser
Superior] ... Y es por ello que como muchos hombres hay en la Tierra, tantos
Dioses hay en el Cielo. Pero estos dioses son en realidad Uno, pues al final de
cada período de actividad, se retiran como los rayos del sol poniente en el Padre
Cósmico que es el Logos No Manifestado y que a su vez se funde en el Absoluto
Único
...
Nuestras oraciones y súplicas son vanas, a menos que a
palabras potenciales añadamos actos potentes, y hagamos que el aura que rodea a
cada uno de nosotros sea tan pura y divina que el Dios que hay dentro de
nosotros pueda actuar exteriormente
...
Por consiguiente, las oraciones dirigidas al “Padre
Celestial” tal como las efectúan los religiosos, suelen tener resultados más
frecuentemente desastrosos que beneficiosos. »
(Collected Writings, vol. 12, p. 533-535)
El hecho de que durante miles de años la mayoría de la
gente no haya reverenciado a su propia divinidad interior como se sugiere más
arriba, es una de las razones por las que el Movimiento Teosófico renació en el
siglo XIX para tratar de contrarrestar esa tendencia separatista de invocar a
una deidad personificada externa.
Y puesto que “La
Gran Invocación” de Bailey debe (según ella) ser rezada por las masas de
esta manera convencional, ella se opone a la actitud auto-dependiente y
filosóficamente atea sugerida por la Hermandad de los Maestros.
Entonces,
¿En qué
debe un seguidor de la Teosofía confiar en (y recomendar a otros) para someter
sus pasiones y su egoísmo y así fomentar la redención planetaria?
Blavatsky responde:
“En su Ser Superior, en el Espíritu Divino, en
el Dios que hay en él, y ... en su Karma.” [9]
Ahora bien, Karma (en un aspecto más elevado) significa
altruismo en el pensamiento, en la palabra y en las acciones. Significa
practicar la “virtud por sí misma”, no para acelerar el descenso de Cristo y de
la Jerarquía, sino para nosotros elevarnos.
E) ¿Hay
que venerar a los maestros?
Mientras que Alice Bailey lo promueve, la Teosofía
original lo rechaza. Y a continuación les doy algunos ejemplos de ello:
Uno de los Maestros escribió al coronel Olcott en la
década de 1870:
« Actúa como si nosotros no existiéramos, cumple con
tu deber de la mejor manera que puedas y deja los resultados cuidarse por sí
mismos. No esperes nada de nosotros, pero mantente listo para lo que
sea. »
(The Theosophist, agosto de 1906,
p. 829-830)
Y en otra ocasión, un Adepto le advirtió en una carta a
Annie Besant sobre la actitud de adoración hacia los Maestros que se estaba desarrollando
en la Sociedad Teosófica. Y Alice Bailey en su autobiografía criticó también
esa actitud que promovía la señora Besant.
Sin embargo, la jerga y la manera como Alice Bailey
escribió sobre la Jerarquía durante 30 años (de 1919 a 1949) fue tan mala, si
no es que peor, que la forma como lo hizo la Sociedad Teosófica de Adyar
durante ese mismo período.
El Adepto le escribió lo siguiente a la señora Besant:
« ¿Es la adoración de una nueva Trinidad compuesta
por Morya, Blavatsky y tú misma [Besant] la que estas instigando para tomar el lugar
de los credos explotados?
Nosotros no pedimos que se nos adore. Por lo tanto el
canto reverenciar hacia los “Maestros” debe de ser respetuosamente pero
firmemente detenido. Que la devoción y el servicio sean únicamente hacia a ese
Espíritu Supremo del cual uno es una pequeña parte.
En el anonimato y silenciosamente trabajamos y las
continuas referencias hacia nosotros que hacen las personas y la repetición de
nuestros nombres plantea un aura confusa que dificulta nuestro trabajo. »
(The Eclectic Theosophist,
Sep./Oct. 1987)
Esta Trinidad de Blavatsky, Morya y Annie Besant (por
suerte) nunca fue presentada por Alice Bailey. Pero en su lugar, Bailey escogió
promover a la Trinidad compuesta por el Manu, el Mahachohan y el Bodhisattva (y
la cual es otro invento falso de Leadbeater).
Y si el trabajo de los Adeptos estaba siendo
obstaculizado por el “aura confusa” que generaban los miembros de la Sociedad Teosófica
de Adyar en 1900 bajo el mando de Annie Besant, ¡cuanto más Alice Bailey ha de
haber dificultado su trabajo hasta el presente, debió a sus libros, a la Gran
Invocación, a la Escuela Arcana, etc.!
2) CONTRASTAR
TÉRMINOS O TEMAS CLAVES
A) El propósito de una escuela esotérica
Uno de los temas más omnipresentes en el trabajo y la
escritura de Alice Bailey es la búsqueda febril del estatus espiritual. Al
grado que los dos primeros libros del tibetano [10] fueron dedicados a la iniciación y a
la meditación oculta.
Varios otros libros se centraron exclusivamente en su
variante de discipulado y el camino espiritual. Pero casi todos los textos que
canalizó Alice Bailey están fuertemente coloreados por una defensa del
discipulado.
Y después de menos de cinco años de ser el canal
telepático del tibetano, Alice Bailey formó la Escuela Arcana. Pero esta organización
es sólo el tipo de guardería para ocultistas con los que los Maestros de Blavatsky
no tendrían nada que ver.
El libro de Bailey sobre la meditación oculta incluso da
el curriculum y el plan de estudios
para una universidad oculta profetizada. Pero el Maestro Kuthumi escribió que
“aquel que no sea tan puro como un niño pequeño debería dejar mejor a los
alumnos solos.” [11]
Y Blavatsky les dijo a los teósofos estadounidenses:
« La Sociedad Teosófica no fue fundada como un
vivero para generar un suministro de ocultistas (como una fábrica para la elaboración
de Adeptos). Su creación fue con la intención de detener la corriente de
materialismo que se estaba incrementando peligrosamente. … Y por el término “materialismo”
me refiero no solamente a una negación anti-filosófica del espíritu puro y al materialismo
en la conducta y la acción...sino también a las consecuencias que ocasiona la
incredulidad hacia todas las cosas que no sean materiales. ... Una incredulidad
que ha llevado a muchos hacia una creencia ciega en la materialización del
Espíritu. »
(Collected Writings, vol. 9, p. 244)
La Doctrina Secreta menciona sobre “los gustos depravados”
de la humanidad que anhela “la materialización del Principio Inmaterial e Incognoscible”. [12]
Y los escritos de Alice Bailey responden a esa debilidad
humana por querer tener a la Divinidad y a lo que se relaciona con ella, en
hechos comprensibles para nuestra mente personal. En lugar de elevar nuestra
conciencia personal hacia nuestra verdadera naturaleza espiritual para así
poder conocer el Espíritu divino en verdad.
Pero la
mayoría de nosotros preferimos la cómoda ficción.
B) La
relación de la Jerarquía Oculta con los hombres
Otro tema clave es la naturaleza y la relación que tiene
la Hermandad Oculta con la humanidad.
Según Bailey,
- Uno de los objetivos principales de la Jerarquía era preparar a la humanidad para la reaparición del Cristo. [13]
- Y además de la segunda venida de Cristo habría también una exteriorización de la Jerarquía. Lo que implicaría que varios de los Maestros descenderían del plano etérico y ocuparían alojamientos en varias ciudades alrededor del globo.
Un libro entero [14] más muchos pasajes en sus otros tomos, exponen sobre
este tema. Y según ella, los Maestros (como obedientes funcionarios planetarios)
repartirán entre sí tareas relacionadas con la economía, la religión, la
educación, etc. Y en ese momento procederán a la tarea de dirigir el Nuevo Orden
Mundial previsto.
Pero por el otro lado, Blavatsky y sus Maestros presentan
a la Hermandad Oculta como muy alejada de los asuntos de la sociedad. Lo cual
no es de sorprenderse, ya que ellos están liberados de las preocupaciones
egoístas y mundanas y no tienen interés en engrasar las ruedas de nuestra civilización
banal y materialista.
Ellos como Bodhisattvas
ayudan, pero siendo servidores de la inmutable Ley del Karma, “ellos no pueden
detener al mundo de ir en su dirección destinada”. [15]
Y es por eso que sobre este tema Blavatsky escribió:
« Cuanto más espiritual se convierte el Adepto,
menos puede él inmiscuirse en los asuntos mundanos y groseros y por
consiguiente, cuanto más ese Adepto tiene que limitarse a ayudar en una obra
espiritual.
...
Los muy altos Adeptos, por lo tanto ayudan a la
humanidad, pero sólo espiritualmente, ya que ellos son constitucionalmente incapaces
de entrometerse en asuntos mundanos.
...
Sólo los discípulos pueden vivir en el mundo, hasta que
se elevan hasta cierto grado de iniciación. »
(Collected Writings, vol. 6, p. 247)
3)
CONTRASTAR MÉTODOS DE LA ENSEÑANZA
Este asunto no es un nuevo debate y ya varios
investigadores han remarcado que con respecto al método de enseñanza que
utiliza Alice Bailey, este se caracteriza por una declaración constante con
poca o ninguna evidencia de apoyo.
Y es por eso que Alice Cleather quien fue un miembro del
Grupo Interno de Blavatsky, sobre este tema escribió en 1929:
« “Reducirse”. ¿Qué significa todo eso?
Sencillamente las afirmaciones incontroladas (y no verificables) de la señora
Bailey, por la validez de la cual ella afirma la “autoridad” igualmente
descontrolada (y tampoco verificable) de su “tibetano”. »
(Theosophical Notes Special
Paper, Sept. 1963, p. 14)
Y el difunto Víctor Endersby señaló que:
« Hay un abismo monumental entre la manera como
presenta su enseñanza Alice Bailey y lo hace Blavatsky. La exposición de
Blavatsky está acompañada de voluminosas pruebas de muchas fuentes, mientras
que nada de eso aparece en la obra de Bailey cuya estructura de su enseñanza se
apoya principalmente en sus propias afirmaciones.
Pero una cosa es segura: cualquiera que hayan sido los
mentores de Alice Bailey, estos no fueron los mismos mentores de Blavatsky, lo
cual está demostrado por la enorme diferencia entre las dos enseñanzas. »
(Theosophical Notes Special
Paper, Sept. 1963, p. 40)
Y en 1882 el Maestro Morya escribió:
« Una sensación de constante dependencia hacía una
Deidad que él considera como la única fuente de poder, hace que el hombre
pierda toda confianza en sí mismo y los estímulos para la actividad y la
iniciativa.
Habiendo comenzado creando un “Padre celestial” y una
guía para sí mismo, él se convierte como un muchacho y lo sigue siendo a su
vejez, esperando ser conducido de la mano tanto en los más pequeños acontecimientos
de su vida como en los más grandes.
...
Los fundadores [16] no oraron a ninguna Deidad cuando iniciaron
la Sociedad Teosófica, ni pidieron su ayuda desde entonces.
¿Qué se espera que seamos... madres
lactantes?
Y aquellos que se preguntan:
¿Es qué nosotros ayudamos a los Fundadores?
La respuesta es no, ellos fueron ayudados por la
inspiración de la autosuficiencia y sostenidos por su reverencia por los
derechos del hombre y su amor por un país [India]
...
Entonces,
¿Cuáles
son los verdaderos pecados de los humanos?
El más grande de ellos es su necesidad de depender de un
Dios, ya que esto no es una piedad digna de crédito, sino una debilidad
indolente y egoísta. Y aunque la vanidad te susurre lo contrario, simplemente
escucha a tu sentido común. »
(Cartas de los maestros de Sabiduría, Primera serie, p.
107)
Aunque los “pecadores” mencionados por Morya eran algunos
hindúes de hace un siglo, Alice Bailey, su tibetano y sus seguidores comparten
el mismo hábito, engendrando con su enseñanza, el deseo indolente y egoísta de
que Sanat Kumara, Cristo y los Maestros vengan a purificar a la humanidad del karma
sin que los humanos tengan que hacer el esfuerzo necesario.
CONCLUSIÓN
Estos son sólo algunos de los temas (apenas tocados) que
deben de ser estudiados de cerca por aquellos que desean entender porque son
tan diferentes la Teosofía original y la pseudo-Teosofía. Pero a pesar de su
brevedad, los temas mencionados son lo suficientemente ilustrativos para
demostrar que los guías de Alice Bailey NO tienen nada que ver con los Maestros
de Blavatsky. Y esto ya muestra que Alice Bailey mintió en sus aseveraciones.
NOTAS
- Blavatsky Collected Writings, vol 11, p. 49.
- Puede encontrarse en cualquiera de los libros de Bailey.
- La Clave de la Teosofía, p. 70.
- Véase Blavatsky Collected Writings, vol. 14 y La Doctrina Secreta.
- Véase Doctrina del Bhagavad Gita, Concord Grove Press, cap. 3.
- Blavatsky: Collected Writings, vol. 9, p. 69
- La Doctrina Secreta, TUP, vol. 1, p. 17.
- Blavatsky Collected Writings, vol. 12, p. 492.
- La Clave de la Teosofía, p. 73.
- Iniciación Humana y Solar y Cartas sobre Meditación Oculta.
- Cartas de los Maestros de la Sabiduría, Primera Serie, TPH, 1948, p. 34
- Blavatsky Collected Writings, vol. 2, p. 503.
- Como testimonio de su libro La Reaparición del Cristo, Lucis Publishing, 1948.
- Ver La Exteriorización de la Jerarquía.
- Las Cartas del Mahatma a AP Sinnett en la secuencia cronológica, TPH, 1993, p. 474.
- HP Blavatsky, WQ Judge y HS Olcott.
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